Suplementos nutricionales

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La necesidad de nutrientes de la gestante se hace mediante estimación indirecta, realizando la evaluación nutricional y a través de la determinación de sus posibles carencias a lo largo del embarazo, que se evidencian con la analítica de rutina y la valoración física (con el IMC o índice de masa corporal, por ejemplo). Un IMC inferior a 18.5 se asocia con desnutrición y con un recién nacido de bajo peso.

Lo que pretendemos es mantener o alcanzar una dieta saludable, que es aquella que nos permite un buen estado de salud. Para alcanzar una dieta equilibrada, esta debe ser variada, adaptada a la persona y con suficiente aporte energético.

¿Qué consideramos como dieta equilibrada? Aquella que permite, dependiendo de la edad y de la situación fisiológica, mantener una buena salud. No cabe dudad de que ‘Una alimentación equilibrada proporciona los nutrientes adecuados para favorecer el crecimiento y desarrollo del niño(a), la calidad de la placenta, mantener el nivel de energía a lo largo del embarazo, parto y postparto, prevenir anemias y activar la producción de la leche’ (Consejos útiles sobre la alimentación y nutrición de la embarazada – 2013).

En la alimentación, como aspecto consciente y voluntario, intervienen aspectos físicos, síquicos y sociales. Junto a la intencionalidad de alcanzar un equilibrio en el funcionamiento del organismo, se une el ser parte esencial de nuestras relaciones sociales (casi todas nuestras celebraciones se llevan a cabo en una mesa) y como no, de dar placer (a todos nos viene a la cabeza ciertos alimentos que nos son gratificantes).

En condiciones normales no se suelen precisar suplementos vitamínicos por lo que los esfuerzos deben dirigirse a la educación nutricional, aunque en el caso de las gestantes vegetarianas estas pueden tener déficit de vitamina B12, hierro, calcio y aminoácidos esenciales, aunque para otros autores no existen evidencias al respecto.

¿Cómo mejorar esta carencia en las dietas vegetarianas? A través de frutos secos, levadura de cerveza, germen de trigo, soja, lácteos, miel y huevos, que constituyen una fuente de proteínas, vitaminas y minerales.

Si no toma productos lácteos, usar leche y productos derivados de la soja, mejor enriquecidos con calcio, además de frutas y verduras y para el hierro, frutos secos (almendras), también se puede usar como condimento la levadura de cerveza.

Incluyendo también:

  • Alimentos ricos en vitamina C.

  • Si no incluye en su dieta huevos y lácteos, debería tomar vitamina B12.

  • Un ejemplo de nuevo alimento son las algas, fuente de proteínas, minerales y oligoelementos.

Mención especial recibe el ácido fólico, que se toma como medida preventiva de malformaciones fetales del SNC (Sistema Nervioso Central), siendo eficaz principalmente en las etapas preconcepcional y durante las 4-5 semanas del desarrollo embrionario. La administración de ácido fólico (durante un año antes del embarazo) reduce la probabilidad de prematuridad.

Se recomienda su administración en forma de monofármaco para evitar interacciones en su absorción y la dosis oscilará de 0,4 a 0,8 mgr/día 1 mes antes del embarazo y hasta el final del primer trimestre. Si la gestante tiene historia previa de hijo portador de alteración de tubo neural se recomienda el suplemento de ácido fólico de 1 a 3 meses antes de la concepción y durante los 3 primeros meses. Fuentes de ácido fólico: salmón, cereales integrales y germinados, leche entera, levadura de cerveza y dátiles.

Respecto al aporte de yodo, actualmente se recomienda suplementar la dieta con sal yodada y/o preparados orales durante el embarazo y la lactancia, por la escasez en el aporte en determinadas zonas de nuestro país. El yodo es preciso para el desarrollo y maduración cerebral fetal. Y se suele recomendar una dosis de 150-300 mgr/día.

Para la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición es preciso un aporte extra de 150-200 microg/día durante el embarazo y la lactancia, y preferiblemente como monofármaco frente a preparados multivitamínicos-minerales.

El hierro se suele indicar en pacientes con déficit anterior, precisando normalmente unos 800 mgr que se suelen cubrir con la dieta, a título de ejemplo:

  • Frutas: uvas, fresas.

  • Legumbres: especialmente las lentejas.

  • Carnes de vaca y ternera.

  • Verduras: espinacas, berro, lechuga y otras hortalizas.

Durante la gestación la absorción de hierro por el intestino se incrementa un 40%, es por esto que no suelen precisar suplementos, especialmente las mujeres con depósitos adecuados al inicio del embarazo, por otro lado tenemos que hacer hincapié que la desnutrición se asocia a anemias durante la gestación.

Se necesitan 0,9, 4,1 y 6,2 mgr/día durante el primer, segundo y tercer trimestre del embarazo. Combinando los alimentos ricos en hierro con vitamina C que favorece su absorción y tratar de no tomar café o té tras las comidas, que dificultan la absorción del hierro.

Respecto al sodio, no es necesario que se elimine o reduzca su aporte de la dieta en un embarazo normal.

La gestante precisa un aporte extra de calcio de 200 mgr/día, puesto que su déficit puede provocar disminución de la densidad ósea, materna y fetal, hipertensión y bajo peso en el feto. Los suplementos de calcio en las gestaciones con riesgo de hipertensión tiene un efecto beneficioso. Fuentes: productos lácteos, salmón, sardinas, levadura de cerveza, almendras, algas, entre otros.

Ácido fólico

Yodo

Hierro

Calcio

Recomendación

0,4 a 0,8 mgr/día

el mes previo a la gestación y durante el primer trimestre

150 a 300 mgr/día

Se aconseja en caso de ingesta inadecuada y

se precisan 800 mgr/día

Se aconseja en caso de aporte bajo en la dieta o con riesgo de padecer hipertensión

Se recomiendan 600 mgr durante el embarazo y 700 durante la lactancia

Alimentos

Carne, huevo entero, pimientos, plátano, melón, cereales integrales, entre otros.

Suplementos de sal yodada

Carnes magras, espinacas, pan, cereales, cerdo, entre otros.

Leche, queso, huevo, sardinas, espinacas, acelga, frutos secos, entre otros.

En cualquier caso es la valoración constante por parte de los profesionales y tú misma, con tu estado físico, quienes mejor describís la desviación de la normalidad en lo que respecta al estado nutricional.

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