Si nos basamos en las definiciones que encontramos en la RAE, sobre ansiedad (estado de agitación, inquietud o zozobra de ánimo) y miedo (angustia por un riesgo real o imaginario), son estos conceptos los que nos interesan por su implicación en los cuidados de la gestante y como esta afronta su embarazo.
Los cambios psicológicos de la embarazada están relacionados con una serie de factores, entre los que podemos destacar: sus experiencias anteriores, las condiciones sociales y económicas, la relación con su pareja y la personalidad de la gestante, así como la información que la mujer recibe, principalmente.
El síntoma más frecuente de la embarazada es la ansiedad, más del 30% de las mujeres presentan niveles altos de ansiedad, situación que repercute negativamente en la percepción del dolor por parte de la gestante, partos más prolongados, sobre el feto y la actitud de la madre con el lactante.
La atención perinatal de calidad incluye la atención sobre factores sociales, emocionales y psicológicos (OMS, Declaración de Fortaleza, 1985). El embarazo se percibe como un momento crítico, pues en este periodo se puede alterar el equilibrio emocional y aparecer ansiedad y/o miedo, que se presenta en una de cada cinco mujeres. Entre los instrumentos que podemos utilizar para reducir y controlar la ansiedad encontramos la relajación y el yoga, entre otros.

El yoga induce a la relajación mental, cambiando la percepción negativa que se tiene del embarazo como evento estresante. Más de la mitad de las gestantes presentan algún nivel de ansiedad en cualquier etapa del embarazo. Situación que se puede asociar a un escaso apoyo social, una autoestima baja, aspectos socioeconómicos, edad materna y en lo que concierne a los aspectos sanitarios se suele relacionar con procedimientos invasivos, como pueden darse durante la hospitalización y la finalización del parto.
Si a lo anterior añadimos factores de riesgo, tales como: hipertensión, diabetes, amenaza de parto prematuro, entre otros, la ansiedad se ve incrementada.
En los últimos años se han realizado estudios que avalan la efectividad de la práctica del yoga en la mejora de los trastornos del sueño, ansiedad y/o dolor lumbar durante el embarazo.
