¿De qué hablamos?
Son bacterias con forma redondeada (cocos) que se asocian formando parejas o cadenas. Sin medidas preventivas entre un 1% a un 2% de los recién nacidos de madres colonizadas por EGB desarrollan infección neonatal precoz. Y alrededor de un 25% de los casos se producen en los prematuros y la mayor parte de las infecciones durante las primeras veinticuatro horas.

La infección puede extenderse más allá del periodo neonatal, provocando retraso mental, pérdida de audición y de visión. Aumentando el riesgo de infección factores como: prematuridad, fiebre intraparto y rotura prematura de membranas. En España se indican tasas de colonización en gestantes del 12 al 20%.
El EGB coloniza el tracto gastrointestinal (que será su reservorio) y la vagina. Es difícil de eliminar mediante fagocitosis por el sistema inmune, por la cápsula que posee y se considera la primera causa de sepsis neonatal.
La infección por EGB (en otros artículos puedes leer SA o SGB) o estreptococo agalactie es relevante por los efectos que tiene sobre el recién nacido y la gestante. Pudiendo provocar en el neonato sepsis, y esta a su vez desarrollar un cuadro respiratorio durante las primeras horas de vida, pudiendo evolucionar a meningitis, shock e incluso muerte. En la mujer puede inducir infección urinaria y endometritis.
La infección vaginal en la mujer se produce por contaminación fecal y la infección precoz en el neonato por transmisión vertical (de la madre a su hijo) en el momento del parto, en cualquier caso no se considera la EGB como una infección de transmisión sexual. Incrementándose la frecuencia de transmisión en las situaciones de RPM (rotura prematura de membranas), parto prolongado, fiebre intraparto y APP (amenaza de parto prematuro).
En nuestro medio se realiza el cultivo de EGB a toda mujer entre las semanas 35 a 37 de gestación, excepto en los casos donde la gestante presente bacteriuria (presencia de bacterias en orina) por este estreptococo y cuando haya tenido un hijo afectado por sepsis neonatal precoz en gestaciones previas.
Las tasas de colonización en las gestantes oscilan entre el 5 y el 35 %, dependiendo de la población estudiada, de los medios y técnicas de cultivo y de las áreas anatómicas de las que se toma la muestra.
Sin medidas de prevención, su incidencia es de tres casos por mil nacidos vivos aproximadamente (entre el 1 y el 2% de los neonatos colonizados por el EGB). En el recién nacido la infección suele manifestarse en las primeras horas de vida, con una mortalidad próxima al 10% (0,2-0,5 casos por mil nacidos vivos).
El EGB es, también, una causa importante de infecciones en gestantes y puérperas: corioamnionitis, endometritis postparto, infección de la herida quirúrgica tras cesárea e infección del tracto urinario. La bacteriuria por el EGB durante el embarazo se asocia con un mayor riesgo de parto pretérmino y rotura prematura de membranas, probablemente reflejo de un mayor inóculo vaginal.
En adultos, fuera del período postparto, las infecciones por el EGB se presentan, generalmente, como formas que complican otras patologías, en particular: la diabetes, las hepatopatías, el cáncer, las alteraciones neurológicas y la insuficiencia cardíaca o renal.
Todos estos datos reflejan la importancia de prevenir la infección por el EGB, y no deben agobiarte, es una información necesaria y que nos orienta en nuestro quehacer. Mediante una adecuada determinación, inicialmente, o lo que es lo mismo saber si eres portadora y en segundo lugar un tratamiento oportuno, no tiene porque darse ninguna de estas circunstancias perniciosas para tu salud y la de tu hijo.

La administración endovenosa de antibióticos intraparto a las gestantes portadoras de EGB, iniciada cuatro horas antes o más antes del nacimiento, es la única medida eficaz actualmente aceptada para interrumpir la transmisión vertical del EGB y evitar la sepsis neonatal. La administración de antibióticos durante la gestación resulta ineficaz para erradicar la colonización vaginal, ya que, al suprimir el tratamiento, la vagina vuelve a colonizarse a partir del recto.
Basado en los datos epidemiológicos existentes en España, en el documento de Consenso Español, para la prevención de la infección neonatal por el EGB, se recomienda la administración de profilaxis intraparto en las siguientes circunstancias:
a) en todas las mujeres identificadas como portadoras vaginales o rectales de EGB durante la gestación,
b) en todos los partos de menos de 37 semanas en los que se desconozca si la gestante es o no portadora del EGB,
c) en todas las embarazadas que hayan presentado bacteriuria por el EGB en la gestación,
d) en las mujeres que previamente hayan tenido un hijo con enfermedad perinatal por EGB demostrada, independientemente del resultado de los cultivos de seguimiento, y
e) cuando no se disponga de los resultados del cultivo, pero existan factores de riesgo tales como la rotura prolongada de membranas (superior a 18 horas), o la presencia de fiebre intraparto (38º C o mayor).
El recién nacido se infecta cuando pasa por el canal del parto o intraútero tras la rotura de membranas (se colonizan los recién nacidos un 50% si son madres portadoras y un 5% si no lo son).
¿Hay factores de riesgo? El 50% de los casos de infección precoz se produce en recién nacidos de madres sin factores de riesgo. Es 25 veces más probable la infección en bebés de madres colonizadas sin factores de riesgo que los que tienen factores de riesgo sin estar colonizadas.
El cribado que se realiza a las embarazadas pretende determinar quienes son portadoras y por tanto candidatas de recibir tratamiento intraparto. Aceptándose que los cultivos realizados cinco semanas antes del parto predicen el estado de portadora en el momento del parto.
Las realizadas antes de las cinco semanas no son fiables y deberían repetirse.
Entre los controles que se realizan a la gestante a lo largo de su embarazo, se encuentra la determinación del estreptococo en el frotis vaginal y/o rectal, de tal forma que queda constancia de la colonización de esta bacteria en dichas zonas.
Concretemos.
¿Cómo prevenirlo? Queda demostrado que la administración de antibióticos intraparto evita la infección neonatal precoz por EGB, aunque dicho antibiótico tratamiento no erradicará la capacidad de ser portadora de dicha bacteria (algunos estudios sugieren que la infección por EGB ocurre en los recién nacidos donde la madre carecía de determinación por frotis o de factores de riesgo y por tanto no se había tratado).
Hay dos patrones de enfermedad: una precoz, que se presenta durante la primera semana tras el nacimiento y la tardía, a partir del séptimo día.
Una gestante con EGB positivo y en trabajo de parto tendrá la posibilidad de transmitir dicho agente infeccioso en 1 de cada 4000 casos, si ha sido tratada con antibiótico. En el supuesto de carecer de tratamiento en el momento del parto y portar dicha bacteria, la posibilidad se incrementa en 1 de cada 200 gestantes (osea unas 20 veces).
La administración de antibiótico intraparto es efectiva para prevenir la transmisión madre-feto del EGB, aunque la administración de antibiótico no erradica el estado de portadora de EGB.

