
Tras el nacimiento el lactante se irá adaptando al nuevo medio que supone la vida extrauterina, esto también se observa en la piel, esa acomodación al medio ‘seco’ requiere unos cuidados para evitar lesiones, como inflamaciones, irritaciones, etc.
La hora del baño podría realizarse diariamente y a la misma hora, para algunos autores mejor a última hora de la tarde. Con jabones neutros, con agua templada, de 36 a 37ºC. Comenzando desde la cabeza y la zona genital se lavará desde delante hacia atrás, con el fin de no arrastrar gérmenes que provoquen infecciones. Se secará con toalla limpia, especialmente incidiendo en los pliegues y la zona de cordón, tras esto se hidratará con emolientes.
Con el baño a temperatura adecuada se tiene menos pérdida de calor que con el lavado y hace que los bebés estén más cómodos. El baño diario con detergentes sintéticos no tiene efectos negativos sobre la piel normal o con eritema, induraciones o sequedad.

Otro aspecto es la cura del cordón umbilical, actualmente se debe dejar secar sin emplear ningún antiséptico o usar en todo caso clorhexidina, no emplearemos tintura yodada o alcohol. Nos lavaremos las manos antes de manipular el cordón, limpiamos la zona con agua y detergente neutro si se ensucia con orina o heces, dejaremos el pañal por debajo del cordón para facilitar el secado. Cuidado si aparecen signos de infección, como enrojecimiento, inflamación u olor desagradable. Normalmente se suele caer entre los siete y diez días.
El cambio de pañal se realiza cuando se precise, limpiando la zona con agua y jabón, si estamos fuera de casa las toallitas solucionan el problema aunque su uso continuado puede provocar irritación. Podemos usar para mantener la integridad de la piel cremas, mejor que los polvos de talco.
Los gases suelen deberse a la toma de aire durante la alimentación o el llanto, también como efecto de la fermentación de la lactosa presente en la leche.
Descanso: en la cuna usaremos un colchón firme, sin excesiva ropa, si bien esta debe ser amplia y preferiblemente de tejidos naturales. Mejor no usar almohadas y colocar al niño de lado o boca arriba, para muchos autores (también para la Academia Americana de Pediatría) esta posición disminuye la probabilidad de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante, incluyendo para su prevención el uso del chupete.
La cuna se colocará en una habitación tranquila, con una temperatura óptima, se aconseja que durante los 3-6 primeros meses iniciales, duerma en la misma habitación de los padres, para favorecer la lactancia y sus cuidados.
El llanto constituye en el lactante una forma de comunicarse con el entorno, y con este nos indica si está bien o precisa de atención. Un niño sano suele llorar unas tres horas al día, durante las primeras seis semanas de vida, ya con cuatro meses se reduce a una hora al día aproximadamente. Esto implica padres con falta de sueño y ansiosos, ante la incapacidad de reconocer el porqué de ese llanto. Este estrés puede llevaros a consultar con el profesional de atención primaria.

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