Conforme se acerca la fecha del parto, tu cuerpo se convierte en una caja de resonancia donde multitud de señales te indican que falta poco, tu hijo ha bajado hacia la pelvis y lo describes como que tienes una mayor presión o peso en esa zona, los últimos días y especialmente durante la noche tienes el abdomen rígido, tenso y con molestias (contracciones), y cuando acudes a la matrona y te explora, te dice que tu cuello uterino se está modificando, te habla de centímetros de dilatación y otros aspectos que te pueden desorientar.

En cualquier caso es importante seguir las indicaciones de los profesionales que te atienden.
Se acercan las 40 semanas de gestación, y últimamente sueles tener molestias más a menudo, generalmente nocturnas y que tras unas horas desaparecen o disminuyen, esa sensación inespecífica os tiene inquietos a tu pareja y a ti. Dudas e inseguridad pueden aparecer ante esta nueva situación, que por un lado deseas que llegue y por otro te crea bastante incertidumbre.
Uno de los aspectos que más os preocupa es saber si estás de parto o no, ¿debo ir al hospital ahora?, ¿es esto una contracción?. Comencemos diciendo que se considera que estás de parto cuando tienes contracciones uterinas regulares, aproximadamente de 2 a 3 cada 10 minutos, cuyo dolor irá aumentando en la mayoría de los casos, que producen borramiento y dilatación del cuello uterino.
Contracciones que a su vez – lo recordarás de las charlas maternales que ofrece tu matrona – actúan acortando y dilatando el cuello uterino. Aunque muchas veces se confunde el inicio del parto con la expulsión del tapón mucoso, que no tiene porqué guardar relación con este y suele ser motivo de consulta en urgencias.
En la práctica no es fácil asegurar que se ha iniciado el parto, puede que la gestante llegue al hospital quejándose de contracciones dolorosas y continuas, y tras realizar un monitor (donde comprobamos la frecuencia cardíaca del feto, la existencia de contracciones y sus características) valoramos que no son tan continuas y que van disminuyendo en intensidad. Y que tras la exploración vaginal apenas se ha modificado el cuello uterino – que no ha dilatado – esto se conoce como falso trabajo de parto.
De todas formas creo que todos coincidimos en una cosa al respecto, ‘ante la duda acude a urgencias’, pero especialmente si se produce la rotura de bolsa amniótica y un sangrado vaginal (recuerda que tras la exploración puedes manchar un poco).
Las contracciones generalmente empiezan con dolor en la barriga y/o en la zona lumbar, y que no suelen desaparecer cuando cambias de posición o adquieres otra postura. Qué se va a hacer, sientes contracciones regulares y cada vez más intensas, presentas manchado rosado en tu flujo y has roto la bolsa de las aguas (amniótica), vamos que estás de parto.
El registro de la frecuencia cardíaca fetal y su valoración posterior es uno de los métodos más usados en el diagnóstico del bienestar fetal, siendo una prueba fácil de realizar y bien tolerado por las mujeres. Aunque también te pueden realizar una ecografía, que se ‘ha convertido,…, en el arma más importante y decisiva de cuantas exploraciones se han incorporado en los últimos años al quehacer obstétrico y ginecológico’ (Manual del Residente de Obstetricia y Ginecología. L. Cabero Roura, p. 80).

Si quedaras ingresada, quizás ante esta situación pasarás a la planta de tocología y se te darán unas indicaciones para que nos avises. Ante la insistencia del dolor puede que desees analgesia epidural, la indicación de esta no está del todo clara, para algunos autores lo ideal es aplicarla a partir de 5 cm de dilatación y para otros su colocación dependería solamente del dolor.
Los profesionales que te atendemos sabemos que el parto es un acto natural y que debemos cubrir tus necesidades y las de tu entorno, humanizando el parto que conlleva la participación activa de vosotros, tu pareja y tú principalmente, en el parto.

Debe estar conectado para enviar un comentario.