Otra vez te encuentras con esos desagradables síntomas, ya has cumplido las nueve semanas de tu embarazo y esta situación no mejora. Náuseas y vómitos, que hacen que pierdas peso, tan molestos que no te apetece comer nada. Has probado con todo, tisanas, tomar lo que más te gusta, hacerlo despacio, y a pesar de ello no terminas por recuperarte. En esta entrada trataremos de explicar que es la hiperemesis gravídica (HG desde ahora), que síntomas tiene, sus posibles repercusiones físicas y por último una serie de recomendaciones.

Comencemos diferenciando las náuseas y los vómitos esporádicos de aquellos repetidos y que tienen una repercusión sobre tu salud.
Bien, las náuseas y vómitos esporádicos, que suelen ser matutinos, no provocan alteración del estado general ni impedirán una correcta alimentación y le llamamos emesis gravídica. Cuando estos síntomas se hacen continuos e intensos e impiden la adecuada alimentación y ocasionan alteración metabólica más o menos grave hablamos de HG.
Entre el 0,25 y 0,5% sufre una verdadera HG, que implica vómitos incoercibles que impiden, como citamos, una correcta alimentación y una pérdida de peso mayor o igual al 5%, además de no responder al tratamiento sintomático y producir una progresiva alteración orgánica.
‘Es más frecuente en obesas, primigestas, adolescentes, solteras, no fumadoras y mujeres de raza negra’ (J Lombardía, ML Fernández. Emesis e Hiperemesis Gravídica. Formación continua). De etiología desconocida aunque existen diversos factores que influyen: hormonales, genéticos, infección por Helicobacter Pylori, déficit de piridoxina, metabólicos, sociales y psicológicos, principalmente.
Las náuseas y los vómitos son los síntomas más comunes durante el primer trimestre de embarazo, de tal manera que las náuseas afectan a un 70-85% (otros autores hablan de un 40 a un 60%) de las embarazadas y los vómitos a la mitad de estas. Son síntomas, generalmente matutinos (entre las seis de la mañana y el mediodía), apareciendo por lo general entre la cuarta y séptima semana de embarazo y raramente persistirán más allá de las veinte semanas. ‘Aunque en un 20% persisten en el segundo y tercer trimestre’ (J Lombardía, ML Fernández. Emesis e Hiperemesis Gravídica. Formación continua).
La HG es la forma más grave de emesis gestacional, asociándose a pérdida de peso, deshidratación, taquicardia, hipotesión y alteraciones electrolíticas, además de una posible cetonuria y cetonemia (‘los cuerpos cetónicos o cetonas son unos productos de desecho de las grasas. Se producen cuando el cuerpo utiliza las grasas en lugar de los azúcares para generar energía’ Fundación para la diabetes). Su incidencia se incrementa en casos de nuliparidad, obesidad, gestaciones múltiples, antecedentes en embarazos previos, entre otras.
Si en el primer embarazo tuviste HG puede que en tu segunda gestación también se produzca, en más de un 15% de probabilidad, aunque el riesgo se reduce si hay un cambio de paternidad. Aunque no hayas padecido estos síntomas, podrían manifestarse en un segundo embarazo si existe un periodo intergenésico (tiempo entre el nacimiento de un hijo hasta el embarazo siguiente) largo.
De etiología desconocida, podríamos hablar de un síndrome, puesto que son varios los factores que inciden en su aparición, siendo el más importante el hormonal. Describamos algunos de ellos:
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Psicológicos: quizás secundarios a la situación de deterioro físico que provoca la HG.
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Gastrointestinales: que son resultado del efecto de los estrógenos, que provocarán, por un lado relajación del músculo liso y enlentecimiento del tracto intestinal (provocando pirosis y vómitos) y por otro, retraso en el vaciado gástrico, implicando sensación de náuseas.
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Hormonales: es más frecuente la HG durante las semanas 6 a 12 coincidiendo con el pico de los niveles de gonadotropina coriónica humana (hCG), siendo aún mayor en los casos de embarazo múltiple. Las gestantes con niveles elevados de estrógenos, por ejemplo en los caso de IMC (índice de masa corporal) alto o primiparidad, contribuyen a la emesis al provocar enlentecimiento del transito intestinal. También se cita la influencia de la progesterona.
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Otros factores: inmune, déficit vitamínico (vitamina B6 en concreto) o de oligoelementos (como el cobre o el zinc), alteración del sistema nervioso autónomo, entre otros.
Se diagnosticará por sus manifestaciones clínicas, como ya dijimos la persistencia de vómitos que provocan alteraciones orgánicas, principalmente. Aunque podrán manifestarse otros síntomas: excesiva salivación (sialorrea), alteraciones en el sentido del gusto y el olfato, deshidratación, respiración con olor a acetona, principalmente. Ahora bien, si los síntomas aparecen después de la semana novena es probable que la causa no se relacione con el embarazo. Se descartará la posible existencia de una mola, diabetes o exposición a agentes tóxicos.
La HG es un proceso autolimitado (que remite espontáneamente) y no repercute seriamente sobre la gestante, normalmente. Sobre el feto puede provocar prematuridad o CIR (crecimiento intrauterino retardado), aunque sin repercusiones considerables.
¿Cómo actuaremos?
En los casos leves se recurre a medidas higiénico-dietéticas y dar apoyo psicológico. En los casos graves se suele recurrir al ingreso hospitalario. Desarrollemos estos aspectos:
Formas leves o moderadas
1. Consejos higiénico-dietéticos.
Nuestro objetivo es la adecuada tolerancia de alimentos y normalizar la dieta (y así tu estado físico) para ello trataremos de:
Evitar la distensión abdominal realizando varias comidas al día y en cantidades pequeñas. Comiendo despacio y en un ambiente tranquilo.
Reponer los líquidos que se pierden con los vómitos con cantidades pequeñas y preferentemente fuera de las comidas. Tratando de que las bebidas no contengan gas o sean irritantes (alcohol, café, zumos ácidos). Mantendremos una buena hidratación. Y trata de no fumar.

La alimentación debe ser variada, incluyendo: cereales, legumbres, pasta, pescado (mejor a la parrilla) y carnes magras, pan integral, frutas del tiempo, frutos secos, entre otros. Eso sí, evitaremos el estreñimiento mediante el consumo de fibra. Entre los carbohidratos elegir los fáciles de digerir (arroz, patatas, cereales, fruta o pan).
No nos gusta prohibir, pero deberías restringir al máximo: los productos ricos en grasas, los picantes, los embutidos, especias, principalmente. Los lácteos mejor si se toman desnatados, como puede ser el queso fresco.
Para evitar los vómitos matutinos, come pan tostado, galletas o pasteles de arroz para que así se absorba el ácido del estómago.
Con el fin de suplir las pérdidas producidas por los vómitos toma alimentos ricos en vitamina B6, magnesio y potasio. El jengibre es efectivo para reducir las náuseas y los vómitos.
Los alimentos deberían tomarse a temperatura ambiente o fríos, evitando los calientes e inicialmente tomar los alimentos sólidos, puesto que se toleran mejor.
Descansa después de comer, sentada o incorporada unos 45º (evita la posición horizontal), si haces ejercicio que este no sea brusco. Evita la ropa ajustada, los olores fuertes o desagradables.
2. Apoyo psicológico, señalándote que a las 12 semanas suele remitir. Puedes usar técnicas de relajación, yoga.

3. Como último eslabón estará el tratamiento farmacológico.
Formas graves o Hiperemesis gravídica
Ingreso hospitalario con reposo absoluto e hidratación endovenosa, y eliminando estímulos externos. En estos casos se tendrá un control exhaustivo, mediante analíticas, de tu estado. Pero este apartado no constituye parte de esta entrada, puesto que deberíamos incluir fármacos y aspectos hospitalarios tan específicos que creemos que se apartan de nuestro objetivo.
Esta situación, como te dijimos, no suele tener graves repercusiones pero es molesta, por ello deseamos que estas indicaciones te ilustren y te sirvan de guía si padeces estos síntomas.
Bibliografía:
1. K de Haro et al. Hiperemesis gravídica: manejo y consecuencias nutricionales; reporte de caso y revisión de literatura. Nutr Hosp. 2015;31(2):988-991. Disponible en: http://www.aulamedica.es/nh/pdf/8143.pdf
2. Servei de Medicina Materno-Fetal Institut Clínic de Ginecología, Obstetricia i Neonatologia, Hospital Clínic de Barcelona, Guía clínica: Hiperemesis gravídica. Disponible en:
3. Recomendaciones dietéticas frente a las náuseas y vómitos durante los primeros meses de embarazo (emesis gravídica). Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. Disponible en:
http://www.chospab.es/area_medica/obstetriciaginecologia/recomendaciones/n12.pdf
4. JA Usandizaga, P de la Fuentes. Tratado de Obstetricia y Ginecología. Vol. I, 2ª Edición. McGraw-Hill. Página 463.
